La Pirámide Roja
La Majestuosa Pirámide Roja: El triunfo de Snefru en la piedra
En la intemporal extensión de Dahshur, el célebre faraón Snefru, siempre visionario, se embarcó en otro ambicioso proyecto de construcción de una pirámide, tras la enigmática Pirámide Doblada.
Esta sobrecogedora estructura, que se alza resuelta a unos 4 kilómetros al norte de Dahshur, lleva el nombre de “Pirámide Roja” o simplemente “Pirámide Norte”, en reconocimiento a su ubicación septentrional.
Curiosamente, la Pirámide Roja fue el tercer proyecto piramidal del legado de Snefru, siendo el primero el malogrado de Meidum.
Sin embargo, ostenta la distinción de ser la segunda pirámide completada con éxito por el decidido faraón.
En la antigüedad, se la conocía como “Santuario de Snefru”, un nombre que resonaba por el asombro que inspiraba.
Cuando los arquitectos y constructores de Snefru se embarcaron en la Pirámide Roja, su experiencia y destreza técnica habían madurado a través de sus empresas anteriores.
Los planos de esta pirámide adoptaron desde el principio un enfoque más pragmático, lo que dio lugar a una reducción de los ángulos de inclinación, un testimonio de las lecciones aprendidas en proyectos anteriores.
Uno de los aspectos más intrigantes de la Pirámide Roja reside en sus bloques, adornados con marcas que parecen llevar las huellas dactilares de sus arquitectos y constructores.
Se cree que estas inscripciones, parecidas a fechas, son la crónica de la duración de la construcción de la pirámide.
Basándonos en estas pruebas, es probable que la construcción de la Pirámide Roja comenzara durante el año 30 del reinado de Snefru.
El nombre de “Pirámide Roja” tiene su origen en el núcleo de la estructura, construido con llamativa piedra caliza roja.
Originalmente revestida de luminosa piedra caliza blanca, los años han erosionado esta capa exterior, dejando el núcleo expuesto a los elementos.
La Pirámide Roja tiene unas dimensiones impresionantes, con 220 metros de lado y una altura inicial de 104 metros.
En una excavación reciente, un equipo de arqueólogos alemanes desenterró los restos de la piedra angular de este magnífico edificio.
La piedra se reconstruyó meticulosamente y ahora adorna con orgullo el lado oriental de la pirámide.
Un pequeño pasadizo horizontal atrae a quienes se aventuran en la pirámide y conduce a la cámara funeraria.
Es dentro de los confines de la segunda antecámara, situada a unos 8 metros por encima del suelo, donde abunda la intriga.
Los hallazgos del equipo arqueológico alemán sugirieron inicialmente que éste podría ser el lugar de descanso del faraón, ya que descubrieron fragmentos de huesos humanos dentro del pasadizo.
Sin embargo, investigaciones posteriores han revelado que esta intrusión se produjo durante el Periodo Tardío, un giro desconcertante en la historia de la pirámide.
Otros equipos de arqueólogos, en cambio, proponen que el verdadero lugar de enterramiento del faraón se encuentra en la Pirámide Doblada.
Esta pirámide alberga una cámara funeraria orientada de este a oeste, una desviación del diseño piramidal de la Tercera Dinastía.
Esta cámara funeraria en particular se distingue por su elevado techo abovedado de 16 metros de altura, que confiere un aire de grandeza y solemnidad a este espacio sagrado.
Al este de la Pirámide Roja, un templo mortuorio se alza como testimonio de la rápida construcción que siguió a la desaparición del faraón.
El equipo arqueológico alemán prevé la resurrección del templo aprovechando los restos existentes.
Entre estos restos, una estela de puerta falsa de granito rosa es testigo mudo de una época pasada.
Los fragmentos de los almacenes de adobe y la presencia de un Festival de Sed proporcionan más datos sobre los rituales y ceremonias que antaño adornaron este sagrado lugar.
El complejo estuvo rodeado por una muralla rectangular, y se descubrieron restos de una calzada inacabada cerca del templo del valle.
La presencia de rampas de construcción que unen el valle del Nilo y el templo mortuorio aumenta la intriga arquitectónica.
A principios del siglo XX, mientras se desarrollaban las actividades de construcción a lo largo del valle del Nilo, surgió un asombroso descubrimiento al borde del valle: una antigua ciudad piramidal que llevaba el nombre de Snefru.
Aunque se desenterraron piezas de un templo del valle, desde entonces han desaparecido de las arenas del tiempo.
No obstante, los investigadores que se adentraron en las ruinas de la ciudad desenterraron una notable estela de piedra caliza que contenía un decreto escrito del rey Pepi I, un testimonio de la importancia de la ciudad y un regalo real de exención de impuestos.
La Pirámide Roja, con su encanto intemporal y sus misterios perdurables, es un tributo al espíritu audaz de su constructor, un testimonio de la resistencia de la antigua ingeniería egipcia y una maravilla enigmática que aguarda la exploración de quienes buscan desvelar sus secretos.
Creado el 18 de marzo de 2020
Actualizado en Ago , 2024