El camino a Dajla
El camino a Dakhla
El tramo de carretera de 310 kilómetros que une Farafra y el Oasis de Dakhla es un camino poco transitado, un viaje a través del corazón del paisaje desértico egipcio, de gran belleza.
Esta ruta, recorrida por relativamente pocos vehículos, ofrece una visión única de la cara siempre cambiante del desierto.
Paisajes en transición
A medida que pasas Ain Sheikh Mazouk, el paisaje empieza a transformarse drásticamente.
El desierto de piedra blanca y descarnada da paso gradualmente a una mezcla de grava y arenas doradas, pintando un pintoresco lienzo de la diversa paleta del desierto.
Esta transición marca el paso de lo familiar a lo inexplorado, conduciendo a los viajeros al corazón de la naturaleza salvaje.
Abu Minqar: Un refugio en el desierto
La carretera conduce luego a Abu Minqar, llamado acertadamente “Padre del Pico”.
Aquí, en medio de la vasta extensión de desierto, se encuentra una inesperada mancha de verde.
Esta zona, un sorprendente contraste con el desierto circundante, rebosa vida gracias a los pozos que se han hundido profundamente en la tierra.
El paisaje está salpicado de cultivos y acacias, testimonio de la resistencia humana y de la búsqueda incesante de un hogar en el entorno más duro.
Abu Minqar no sólo es el punto más occidental del Circuito del Gran Desierto, sino también una encantadora parada para tomar el té, un breve respiro en medio de un paisaje áspero.
Aproximación al Oasis de Dakhla
Siguiendo adelante, la carretera serpentea por arenas doradas más onduladas, que conducen hacia la escarpa que anuncia la aproximación al Oasis de Dakhla.
Este límite natural es visible a la izquierda de la carretera, una marca sutil pero distintiva que separa el desierto del oasis.
Por el camino, no puedes evitar fijarte en la visión surrealista de las torres telefónicas, parcialmente engullidas por las implacables dunas, un recordatorio del poder arrollador de la naturaleza.
Llegada al Oasis de Dajla
La última etapa del viaje te lleva a través de la puerta de Al-Qasr y Mut Talatta, pequeños asentamientos que marcan la entrada al oasis.
Estas comunidades se erigen en guardianes de Dakhla, el centro principal del oasis, dando la bienvenida a los viajeros desde el árido desierto hasta el corazón de una de las regiones más fértiles e históricas de Egipto.
Creado el 18 de marzo de 2020
Actualizado en Ago , 2024