Necrópolis de Meidum
Explorando la Enigmática Necrópolis de Meidum: Un Testamento de la Grandeza del Antiguo Egipto
La Necrópolis de Meidum, un lugar sagrado en el rico tapiz histórico de Egipto, es un impresionante testimonio de la brillantez arquitectónica y artística de la Dinastía IV del Reino Antiguo. Este antiguo lugar de enterramiento, que abarca la pirámide de Snefru, se erige como un monumental homenaje a la élite de la época, constituyendo el primer cementerio de élite significativo desde los terrenos arcaicos de Saqqara. La naturaleza intacta de la necrópolis sugiere que la pirámide de Meidum, contrariamente a algunas creencias, no sufrió un derrumbe durante su construcción.
Alrededor de la imponente pirámide de Snefru, sobre todo al norte y al este, hay cementerios de mastaba. No son sólo lugares de descanso sagrados, sino también tesoros de algunas de las estatuas y pinturas más exquisitas del Reino Antiguo, que personifican el cenit artístico de la época.
Una de estas mastaba, la mayor y situada en la esquina noreste de la pirámide, justo fuera de los muros del recinto, es la mastaba 17. Descubierta por el legendario arqueólogo Petrie en 1910, esta tumba, que se cree perteneció a un príncipe real posiblemente hijo de Snefru, alberga un sarcófago anónimo pero intrigante.
La Tumba de Nefermaat, Mastaba 16, presenta otro capítulo fascinante de la historia de Meidum. Investigada por Auguste Mariette en 1871, esta gran tumba, probablemente perteneciente a otro de los hijos de Snefru, presenta una fascinante yuxtaposición de superestructuras de adobe y paredes interiores revestidas de piedra caliza. Estos muros están adornados con vibrantes escenas de la vida cotidiana, entre las que destaca la célebre “Oca de Meidum”, una obra maestra del arte del Reino Antiguo que ahora reside en el Museo de El Cairo. Las excavaciones posteriores de Petrie descubrieron relieves adicionales, que ofrecían atisbos de la vida y las tradiciones de los antiguos egipcios.
La mastaba 6, la tumba de Rahotep y Nofret, hijo y nuera de Snefru, se suma al enigma de la necrópolis. La exploración de Mariette en 1871 reveló una tumba más pequeña pero impresionantemente decorada, que reflejaba la de Nefermaat en estructura y grandeza. Lo más destacado de la tumba de Rahotep son las estatuas de piedra caliza de él y su esposa Nofret, magníficamente conservadas, que aún conservan sus inquietantes ojos de cristal incrustado de gran realismo, una visión que al principio aterrorizó a los descubridores.
Sin embargo, la intriga de Meidum se extiende más allá de estas tumbas. Muchos lugares de enterramiento quedaron aquí inacabados o sin utilizar, un misterio que podría estar relacionado con el traslado de Snefru a Dashur para sus construcciones piramidales. Esta peculiaridad añade una capa de enigma a la Necrópolis de Meidum, convirtiéndola en un capítulo cautivador del largo e histórico pasado de Egipto.
Creado el 4 de mayo de 2020
Actualizado el 26 de enero de 2024