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Desvelando los Misterios de Al-Qasr: Una aldea islámica intemporal en el oasis de Dajla
Enclavada en el corazón del oasis egipcio de Dakhla, la aldea de Al-Qasr es un notable testimonio de la herencia islámica, reconocida como la aldea islámica más intacta que aún existe. Situada al noroeste de Mut, a lo largo de la Cresta de Sioh, Al-Qasr define majestuosamente el límite septentrional del oasis. Su habitación continua y su excepcional conservación hacen que no tenga parangón entre los asentamientos de Dajla.
Se cree que fue fundada por los ayubíes hacia finales del siglo XII, Al-Qasr (literalmente “La Fortaleza”) evolucionó a partir de los restos de un asentamiento romano. Su posición estratégica y su estructura fortificada fueron ingeniosamente diseñadas para rechazar a los ejércitos invasores del oeste y el sur.
Las calles estrechas y sombreadas del pueblo, que recuerdan a la antigua ciudad de Mut, están divididas en barrios, cada uno de ellos históricamente protegido por la noche con vallas. Aunque el paso del tiempo ha traído cambios, Al-Qasr ha conservado su característico minarete de adobe de tres pisos, que se eleva 21 metros sobre la mezquita de Nasr el-Din de la época ayyubí. Este minarete es un superviviente solitario de la mezquita original; el resto se reconstruyó en el siglo XIX.
Dentro de la mezquita se encuentra el mausoleo del jeque Nasr el-Din, adornado con dinteles de madera bellamente inscritos sobre las entradas. La antigua madrasa, que en su día fue un centro de aprendizaje coránico, ha evolucionado hasta convertirse en una escuela multifuncional y un lugar de reunión público, abierto a los visitantes para que lo exploren.
Otro punto destacado para los visitantes es la casa de Abu Nafir, meticulosamente conservada, una imponente estructura con una pesada puerta de madera procedente de un templo ptolemaico. Las jambas de las puertas, con una mezcla de símbolos, principalmente de bloques reutilizados, narran historias de una época pasada.
Deambulando por las frescas y serpenteantes callejuelas de Al-Qasr, se disfruta de espectaculares vistas de dinteles y vigas intrincadamente tallados que adornan las entradas de muchas casas, mezclando el arte antiguo con la estética moderna.
El pueblo es rico en inscripciones históricas, la más antigua de las cuales se encuentra en Beit Ibrahim y data del siglo XV. Descubrimientos recientes, como un molino de maíz y hornos de una fábrica de cerámica, apuntan a una vibrante comunidad posterior a la Antigüedad. En la actualidad, cerca de 700 residentes, en su mayoría artesanos, consideran Al-Qasr su hogar, famoso por su habilidad en la creación de vasijas de barro y cestas de hoja de palmera.
Curiosamente, quienes abandonan Al-Qasr no pueden volver a residir, ya que el Ministerio de Antigüedades reclama las casas desiertas, y se prohíben las nuevas construcciones, lo que preserva la integridad histórica del pueblo.
En el marco del Proyecto Oasis de Dajla, Al-Qasr ha sido objeto de amplios estudios arqueológicos y esfuerzos de restauración. Las investigaciones han revelado la posibilidad de una fortaleza romana preexistente bajo la aldea, y algunos sugieren que el campamento romano de Takastra se encuentra bajo la actual Al-Qasr.
Al-Qasr, con su rico tapiz de historia, arquitectura y artesanía, ofrece una ventana única a la época islám
ica de Egipto, erigiéndose como un faro de conservación cultural y continuidad histórica en el impresionante paisaje del oasis de Dajla.
Creado el 18 de marzo de 2020
Actualizado en Ago , 2024