Fortaleza de Shali
Fortaleza de Shali
La Fortaleza de Shali, enclavada en el corazón del Oasis de Siwa, es un testimonio silencioso del ingenio y la resistencia del pueblo siwan.
Construida en el siglo XIII, esta fortaleza no sólo era una fortaleza protectora, sino también la zona central de vida de la comunidad, mostrando una adaptación única al duro entorno del desierto.
Construida principalmente con kershef -una mezcla de roca salina y ladrillos de barro, materiales abundantes en la zona-, la Fortaleza de Shali encarna la armonía natural entre la habitación humana y el medio ambiente.
La elección del material garantizó que la fortaleza estuviera aislada del calor abrasador del día y fresca durante las frías noches del desierto, lo que la convirtió en una solución práctica para el clima extremo del desierto occidental de Egipto.
Durante siglos, la fortaleza de Shali se erigió en el epicentro de Siwa, con sus laberínticas callejuelas, casas y espacios públicos encerrados entre sus muros, proporcionando seguridad contra posibles invasores y los duros elementos naturales.
Sin embargo, la fortaleza no pudo resistir eternamente los estragos del tiempo.
Una fuerte tormenta de 1926, poco habitual en una región tan árida, causó importantes daños a las estructuras del kershef, lo que provocó el abandono gradual de la fortaleza por sus habitantes.
Hoy, las ruinas de la Fortaleza de Shali ofrecen una visión inquietantemente bella del pasado.
Los visitantes pueden explorar los laberínticos pasadizos, subir a los puntos más altos para disfrutar de vistas panorámicas del oasis y sus miles de palmeras, y maravillarse ante los restos de esta comunidad antaño próspera.
Los restos de la fortaleza, erguidos contra el telón de fondo del oasis, sirven de conmovedor recordatorio de la adaptabilidad y resistencia del pueblo siwan.
Se han realizado esfuerzos de conservación para preservar lo que queda de la Fortaleza de Shali, garantizando que siga contando su historia a las generaciones venideras.
Como pieza central del Oasis de Siwa, no sólo atrae a turistas de todo el mundo, sino que también sirve como símbolo de la identidad y resistencia de Siwa, lo que la convierte en una visita obligada para cualquier persona interesada en el rico tapiz de la historia y cultura de Egipto.