Explorando El Cairo Islámico: Un viaje en el tiempo
Introducción a El Cairo islámico
¡Hola, compañero de viaje!
Si eres un aficionado a la historia o simplemente alguien a quien le encanta explorar ciudades antiguas épicas, El Cairo Islámico (en árabe: قاهرة المعز, romanizado: Qāhira al-Muʿizz) te va a encantar.
También conocido como El Cairo Medieval u oficialmente El Cairo Histórico (القاهرة التاريخية al-Qāhira tārīkhiyya), esta parte de la capital de Egipto es como adentrarse en un libro de historia viva y palpitante. Los lugares islámicos que debes visitar en El Cairo te dejarán absolutamente hipnotizado.
Antecedentes históricos
Entonces, ¿qué es exactamente El Cairo islámico?
Imagínate esto: una zona que cobró vida con la conquista musulmana en 641 d.C. y siguió creciendo y evolucionando hasta el siglo XIX, cuando el jedive Ismail le dio un toque moderno.
Estamos hablando del corazón de la antigua ciudad amurallada, de antiguos cementerios, de los bulliciosos alrededores de la Ciudadela de El Cairo, de partes de Bulaq e incluso del Viejo Cairo (en árabe: مصر القديمة, lit. “Misr al-Qadima”), que se remonta a la época romana y está salpicado de importantes monumentos cristianos coptos.
¿A que mola?
En medio de toda esta historia, encontrarás los principales monumentos islámicos que explorar en El Cairo y que muestran el rico y diverso patrimonio de la ciudad.
Conceptos erróneos y aclaraciones
No dejes que el nombre de El Cairo Isl ámico te despiste.
No se trata del número de mezquitas o de musulmanes que hay aquí; se trata del increíble patrimonio islámico de la ciudad, que la distingue de otros lugares cercanos del Antiguo Egipto, como Giza y Menfis.
Imagínate deambulando por calles con una de las concentraciones más densas de arquitectura histórica del mundo islámico.
Estamos hablando de cientos de mezquitas, tumbas, madrasas (escuelas islámicas), grandes mansiones, caravasares (posadas para comerciantes) e impresionantes fortificaciones.
Cada estructura susurra historias del pasado, esperando a que las descubras.
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO
Un dato curioso: en 1979, la UNESCO declaró El Cairo Histórico Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La calificaron de “una de las ciudades islámicas más antiguas del mundo, con sus famosas mezquitas, madrasas, hammams (baños) y fuentes”, y la aclamaron como “el nuevo centro del mundo islámico, que alcanzó su edad de oro en el siglo XIV”.
¿Te imaginas pasear por un lugar que en su día fue el epicentro del mundo islámico?
Es como tener un pie en el presente y otro en el pasado dorado.
Invitación a explorar
Así pues, haz las maletas, coge la cámara y prepárate para perderte por las encantadoras callejuelas de El Cairo islámico. Créeme, ¡es una aventura que no olvidarás!
El nacimiento de Fustat
Imagínate esto: es el año 640 y los árabes musulmanes, dirigidos por el formidable comandante “Amr ibn al-‘As, acaban de conquistar Egipto.
Alejandría era la capital establecida, rebosante de historia de las épocas ptolemaica, romana y bizantina.
Pero los conquistadores árabes tenían otros planes.
Querían un nuevo comienzo y decidieron establecer una nueva ciudad llamada Fustat.
¿Por qué Fustat?
Su ubicación era estratégica, justo cerca de la antigua fortaleza romano-bizantina conocida como Babilonia, en lo que ahora llamamos El Cairo Antiguo.
Este lugar era perfecto por varias razones:
- Proximidad a Arabia y La Meca: Esto ayudó a mantener fuertes lazos con el corazón del Islam.
- Lejos de las influencias de Alejandría: Alejandría, a pesar de su grandeza, era un hervidero de influencias cristianas y helenísticas y vulnerable a los ataques por mar, ¡que los bizantinos intentaron!
- Punto de control estratégico: Fustat estaba en la confluencia entre el Bajo Egipto (el delta del Nilo) y el Alto Egipto (el valle del Nilo, más al sur).
Esto lo convertía en un punto de control perfecto para un país centrado en torno al Nilo.
Esta tendencia a fundar nuevas ciudades guarnición en el interior no era exclusiva de Egipto; los árabes hicieron lo mismo en lugares como Qayrawan, en Túnez, y Kufa, en Irak.
El ascenso de Fustat
Fustat no fue sólo estrategia militar.
Vio nacer la primera mezquita de Egipto (y de África), la Mezquita de ‘Amr ibn al-‘As.
Aunque se ha reconstruido muchas veces a lo largo de los siglos, sigue en pie, testimonio de la importancia histórica de la ciudad.
Fustat se convirtió rápidamente en el principal centro comercial y administrativo de Egipto, mientras que Alejandría pasó a un segundo plano, convirtiéndose en una ciudad más provincial.
En el año 661, los omeyas tomaron el poder y gobernaron desde Damasco hasta que los abbasíes los derrocaron en 750.
El último califa omeya, Marwan II, hizo una dramática resistencia final en Egipto, pero fue asesinado el 1 de agosto de 750.
Después de esto, Egipto y Fustat cayeron bajo control abbasí.
Al-'Askar: La época abbasí
Los abbasíes marcaron su presencia fundando una nueva capital llamada al-Askar, a tiro de piedra al noreste de Fustat.
Esta nueva ciudad tenía una gran mezquita y un palacio para el gobernador, aunque hoy no queda nada de ello.
Pero esto marcó una pauta: los nuevos gobernantes construían nuevos centros administrativos junto a la ciudad principal.
El ascenso de Ahmad Ibn Tulun
Entra Ahmad Ibn Tulun, un comandante militar turco que se convirtió en el gobernante de facto de Egipto en 868.
Dejó tanta huella que incluso controló Siria durante un tiempo.
Durante su gobierno, Egipto disfrutó de un grado de independencia que no había visto desde la época romana.
Ibn Tulun fundó otra ciudad, al-Qata’i, justo al noroeste de al-‘Askar.
Contaba con un gran palacio, un patio de armas, servicios como un hospital y la magnífica mezquita de Ibn Tulun, que sigue en pie.
El declive de Al-Qata'i y el resurgimiento abbasí
Los hijos de Ibn Tulun siguieron gobernando tras su muerte en 884, pero en 905 los abbasíes recuperaron el control y arrasaron al-Qata’i, salvando únicamente la mezquita.
Egipto conoció entonces una nueva dinastía, los Ikhshidíes, que gobernaron como abbasíes hasta 969.
Sus construcciones, especialmente bajo el regente Abu al-Misk Kafur, podrían haber inspirado a los fatimíes cuando más tarde eligieron el lugar para su propia capital, incorporando los exuberantes jardines de Kafur a sus grandiosos diseños.
Un vibrante tapiz de historia
Y ahí la tienes: la vibrante y tumultuosa historia temprana de El Cairo, desde el nacimiento de Fustat hasta las semillas de las dinastías futuras.
Un relato épico, ¿verdad?
Los fatimíes conquistan Egipto
Imagina esto: es el año 969 d.C., y Egipto está a punto de sufrir una transformación épica.
Los fatimíes, un califato ismailí chií que reside en Ifriqiya (actual Túnez), deciden que ha llegado el momento de conquistar Egipto.
A la cabeza está el general Jawhar al-Siqilli, con un ejército de bereberes kutama norteafricanos, todos bajo la atenta mirada del califa al-Mu’izz.
El nacimiento de El Cairo
Entonces, ¿qué hacen?
No se limitan a instalarse; ¡planean y construyen una ciudad nueva!
Jawhar, siguiendo las órdenes de al-Mu’izz, traza el plano de al-Mu’izziyya al-Qaahirah, que significa “La Ciudad Victoriosa de al-Mu’izz”.
Hoy la llamamos simplemente El Cairo.
Genial, ¿verdad?
La ubicación de El Cairo era estratégica: estaba al noreste de Fustat, el centro administrativo de la época.
Jawhar se aseguró de situar los Grandes Palacios en el corazón de la ciudad, creando un majestuoso hogar para los califas y su séquito.
El palacio oriental era la principal atracción, pero el occidental también tenía su encanto, con una bulliciosa plaza llamada Bayn al-Qasrayn (“Entre los dos palacios”) que los conectaba.
La icónica Mezquita de al-Azhar
Y no olvidemos la emblemática Mezquita de al-Azhar, fundada en 972.
No era sólo un lugar para rezar; se convirtió en una de las universidades más antiguas del mundo.
Eso sí que es un legado.
La calle principal: Calle Al-Mu'izz li-Din Allah
La calle principal, Al-Mu’izz li-Din Allah (históricamente la Qasabah), era la línea vital de El Cairo, y se extendía desde la puerta norte (Bab al-Futuh) hasta la puerta sur (Bab Zuweila), atravesando los palacios y rebosante de vida.
Pero aquí está el truco: El Cairo era una ciudad real, vedada al pueblo llano.
Sólo la familia del califa, los funcionarios y el personal esencial podían vivir allí.
Fustat siguió siendo el principal centro económico durante un tiempo, hasta que El Cairo creció lo suficiente como para engullirla a ella y a otras ciudades cercanas.
Apogeo y decadencia del Imperio Fatimí
En 972, el califa al-Mu’izz traslada su capital de Mahdia (Túnez) a El Cairo, donde llega en junio de 973.
El Imperio fatimí alcanza su cenit bajo el califa al-Mustansir (1036-1094), aunque su reinado también ve el inicio de su declive.
Sin embargo, algunos visires fuertes, como el armenio Badr al-Yamali, consiguen dar al imperio unos años más de gloria, llegando incluso a reconstruir las murallas de El Cairo con enormes puertas que aún se mantienen en pie.
Desafíos del Gran Imperio Selyúcida y las Cruzadas
Pero el siglo XI fue una época turbulenta.
El Gran Imperio Selyúcida, repleto de musulmanes suníes, se apoderó de gran parte del mundo islámico oriental, dando lugar a un “renacimiento suní” que se opuso a los fatimíes.
Luego, en 1099, la Primera Cruzada capturó Jerusalén, añadiendo una nueva capa de complejidad a la política de la región.
Líderes como Nur al-Din, de la dinastía turca de los Zengid, tomaron las riendas de la lucha musulmana contra los cruzados.
El fin del Califato Fatimí
En el siglo XII, los fatimíes se encontraban en una situación difícil.
El último califa fatimí, al Adid, se encontró pidiendo ayuda a los zengíes contra el rey de Jerusalén, Amalarico, al tiempo que trataba de jugar a dos bandas.
En 1168, cuando los cruzados se acercaban a El Cairo, el visir fatimí Shawar, temiendo que Fustat fuera utilizada para lanzar un ataque contra El Cairo, ordenó su evacuación y la incendió.
Aunque los historiadores debaten sobre el alcance de la destrucción, esto supuso un importante declive para Fustat.
Salah ad-Din (Saladino) y el nuevo capítulo de El Cairo
Salah ad-Din (Saladino), comandante zengí.
En 1171, declaró el fin del califato fatimí y restableció el dominio sunní.
Fue un momento decisivo, que abrió un nuevo capítulo en la vibrante historia de El Cairo.
La transformación de El Cairo bajo la dinastía ayubí
Imagínate esto: El Cairo, antaño una gran ciudad-palacio, empieza a transformarse en un bullicioso centro urbano durante el reinado de Salah ad-Din (Saladino).
Inició la dinastía ayubí, que gobernó Egipto y Siria, y desempeñó un papel crucial en la lucha contra los cruzados.
Uno de sus logros más épicos fue la construcción de la magnífica Ciudadela (hoy conocida como Ciudadela de El Cairo), más al sur de la ciudad amurallada.
Esta Ciudadela sirvió de residencia a los gobernantes de Egipto y de centro de la administración estatal durante siglos.
Gracias a estos cambios, El Cairo se hizo accesible al común de los egipcios y a los viajeros extranjeros, convirtiéndose en una potencia económica.
Mientras El Cairo prosperaba, la ciudad vecina de Fustat declinaba, allanando el camino para el ascenso de El Cairo.
Los sultanes ayubíes y sus sucesores, los mamelucos, se afanaron en borrar el legado chií fatimí.
Sustituyeron los grandiosos palacios fatimíes por sus propias e impresionantes estructuras y transformaron la mezquita de Al-Azhar en una institución sunní, que hoy sigue siendo un destacado centro de estudios islámicos sunníes.
El ascenso de los mamelucos
Avanzamos rápidamente hasta 1250: la dinastía ayubí se tambaleó y los mamelucos, antaño jóvenes esclavos convertidos en soldados de élite, se hicieron con el poder.
De 1250 a 1517, estos gobernantes, conocidos por su destreza militar, controlaron el estado en una sucesión marcada a menudo por el caos y la violencia.
A pesar de ello, mantuvieron muchas de las tradiciones ayubíes, siendo famoso su rechazo a los mongoles en 1260 y el fin de los estados cruzados en Levante.
Bajo el reinado del sultán al-Nasir Muhammad (1293-1341), El Cairo alcanzó su punto álgido en población y riqueza, y algunas estimaciones apuntan a una población de unos 500.000 habitantes, lo que la convertía en la mayor ciudad fuera de China en aquella época.
Los mamelucos, a pesar de centrarse en asuntos militares, fueron constructores prolíficos, dejando tras de sí muchos de los monumentos históricos más impresionantes de El Cairo.
La ciudad floreció como centro comercial crucial entre el océano Índico y el Mediterráneo.
Retos y resiliencia
Sin embargo, después de al-Nasir, El Cairo se enfrentó a varias oleadas de peste, empezando por la peste negra a mediados del siglo XIV, lo que provocó un declive demográfico del que tardó siglos en recuperarse.
A pesar de ello, El Cairo siguió siendo la principal metrópolis de Oriente Próximo.
Desarrollo Económico y Urbano
Durante los periodos ayyubí y mameluco, la avenida Qasaba se convirtió en el centro neurálgico de complejos religiosos, mausoleos reales y establecimientos comerciales, gracias al patrocinio de los sultanes y la élite.
Esta zona se convirtió en la principal zona económica de El Cairo, rebosante de comercio internacional.
Cuando el espacio se agotó, surgieron nuevos centros comerciales cerca de la mezquita de al-Azhar y del santuario de al-Hussein, que acabaron formando el famoso zoco de Jan al-Jalili que conocemos hoy.
Los establecimientos waqf y el carácter urbano
Un factor clave del singular carácter urbano de El Cairo fue la proliferación de los establecimientos waqf, sobre todo durante la época mameluca.
Estos fideicomisos benéficos financiaban edificios religiosos y cívicos, combinando funciones como mezquitas, madrasas, mausoleos y fuentes públicas, a menudo sostenidos por ingresos procedentes de propiedades urbanas y rurales.
A finales del siglo XV, El Cairo contaba incluso con edificios altos de uso mixto, en los que los pisos inferiores se utilizaban para el comercio y el almacenamiento, y los superiores se alquilaban a inquilinos.
La transformación de El Cairo bajo Salah ad-Din
Imagínatelo: El Cairo, antaño una gran ciudad-palacio, transformándose en un bullicioso centro urbano durante el reinado de Salah ad-Din.
Inició la dinastía ayubí, que gobernó Egipto y Siria, y desempeñó un papel crucial en la lucha contra los cruzados.
Uno de sus logros más épicos fue la construcción de la magnífica Ciudadela (hoy conocida como Ciudadela de El Cairo) más al sur de la ciudad amurallada.
Esta Ciudadela sirvió de residencia a los gobernantes de Egipto y de centro de la administración estatal durante siglos.
Gracias a estos cambios, El Cairo se hizo accesible al común de los egipcios y a los viajeros extranjeros, convirtiéndose en una potencia económica.
Decadencia de Fustat y auge de El Cairo
Mientras El Cairo prosperaba, la ciudad vecina de Fustat declinaba, allanando el camino para el ascenso de El Cairo.
Los sultanes ayubíes y sus sucesores, los mamelucos, se afanaron en borrar el legado chií fatimí.
Sustituyeron los grandiosos palacios fatimíes por sus propias e impresionantes estructuras y transformaron la mezquita de Al-Azhar en una institución sunní, que hoy sigue siendo un destacado centro de estudios islámicos sunníes.
Toma del poder por los mamelucos
En 1250, la dinastía ayubí se tambaleó y los mamelucos, antaño jóvenes esclavos convertidos en soldados de élite, se hicieron con el poder.
De 1250 a 1517, estos gobernantes, conocidos por su destreza militar, controlaron el estado en una sucesión marcada a menudo por el caos y la violencia.
A pesar de ello, mantuvieron muchas de las tradiciones ayubíes, siendo famoso su rechazo a los mongoles en 1260 y el fin de los estados cruzados en Levante.
La edad de oro de El Cairo bajo el sultán al-Nasir Muhammad
Bajo el reinado del sultán al-Nasir Muhammad (1293-1341), El Cairo alcanzó su punto álgido en población y riqueza, y algunas estimaciones apuntan a una población de unos 500.000 habitantes, lo que la convertía en la mayor ciudad fuera de China en aquella época.
Los mamelucos, a pesar de centrarse en asuntos militares, fueron constructores prolíficos, dejando tras de sí muchos de los monumentos históricos más impresionantes de El Cairo.
La ciudad floreció como centro comercial crucial entre el océano Índico y el Mediterráneo.
Retos y resiliencia
Sin embargo, después de al-Nasir, El Cairo se enfrentó a varias oleadas de peste, empezando por la peste negra a mediados del siglo XIV, lo que provocó un declive demográfico del que tardó siglos en recuperarse.
A pesar de ello, El Cairo siguió siendo la principal metrópolis de Oriente Próximo.
Urbanización de la Avenida Qasaba
Durante los periodos ayyubí y mameluco, la avenida Qasaba se convirtió en el centro neurálgico de complejos religiosos, mausoleos reales y establecimientos comerciales, gracias al patrocinio de los sultanes y la élite.
Esta zona se convirtió en la principal zona económica de El Cairo, rebosante de comercio internacional.
Cuando el espacio se agotó, surgieron nuevos centros comerciales cerca de la mezquita de al-Azhar y del santuario de al-Hussein, que acabaron formando el famoso zoco de Jan al-Jalili que conocemos hoy.
El papel de los establecimientos waqf
Un factor clave del singular carácter urbano de El Cairo fue la proliferación de los establecimientos waqf, sobre todo durante la época mameluca.
Estos fideicomisos benéficos financiaban edificios religiosos y cívicos, combinando funciones como mezquitas, madrasas, mausoleos y fuentes públicas, a menudo sostenidos por ingresos procedentes de propiedades urbanas y rurales.
A finales del siglo XV, El Cairo contaba incluso con edificios altos de uso mixto, en los que los pisos inferiores se utilizaban para el comercio y el almacenamiento, y los superiores se alquilaban a inquilinos.
El Cairo bajo Muhammad Ali Pasha y los jedives
Muy bien, ¡vamos a sumergirnos en un capítulo fascinante de la historia de El Cairo!
Imagínate esto: estamos a finales del siglo XVIII y el ejército francés de Napoleón irrumpe en Egipto, donde permanece desde 1798 hasta 1801.
Cuando se marcharon, un oficial albanés del ejército otomano llamado Muhammad Ali Pasha se hizo con el poder.
Convirtió El Cairo en la capital de un imperio independiente desde 1805 hasta 1882.
Bajo el gobierno de Muhammad Ali, la Ciudadela de El Cairo recibió un importante lavado de cara.
Derribó muchos de los antiguos monumentos mamelucos para dejar espacio a sus nuevos proyectos, como la impresionante Mezquita de Muhammad Ali y varios palacios.
Su reinado marcó la introducción de un estilo arquitectónico más claramente otomano, caracterizado por el estilo barroco otomano tardío.
Avanzamos un poco y conocemos a uno de sus nietos, Isma’il.
Como jedive de 1864 a 1879, Isma’il fue todo un visionario.
Supervisó la construcción del moderno Canal de Suez y se embarcó en un ambicioso proyecto para construir una vasta ciudad nueva al norte y al oeste del histórico El Cairo.
Inspirada en la transformación de París por Haussmann, esta nueva ciudad contaba con grandes bulevares y plazas.
Aunque la gran visión de Isma’il nunca llegó a realizarse del todo, esta zona forma gran parte de lo que hoy conocemos como el centro de El Cairo.
Por desgracia, los antiguos barrios históricos, incluida la ciudad amurallada, cayeron en el abandono.
Incluso la Ciudadela perdió su condición de residencia real cuando Isma’il se trasladó al nuevo palacio Abdin en 1874.
¡Ahí lo tienes!
Una visita relámpago a la transformación de El Cairo bajo Muhammad Ali Pachá y los jedives, en la que se mezclan las grandes visiones arquitectónicas con el rico tapiz de la historia de la ciudad.
¿Qué más se puede pedir de una ciudad con historias tan épicas?
Lugares y Monumentos Históricos: Mezquitas
Cuando pienses en mezquitas históricas de Egipto, te espera un verdadero placer.
Empecemos con la Mezquita de Amr ibn al-As, en Fustat, que es la primera mezquita de Egipto.
Pero si buscas algo que realmente haya resistido el paso del tiempo en su forma original, entonces la Mezquita de Ibn Tulun es el lugar que buscas.
Construida entre 876 y 879 d.C., esta joya es un fantástico ejemplo de arquitectura abbasí del periodo clásico de la civilización islámica.
Inspirada en la capital abbasí de Samarra, en Irak, es una de las mezquitas más grandes e impresionantes de El Cairo.
Hablemos ahora de otra joya del periodo fatimí: la mezquita de al-Azhar, fundada en el año 970 d.C.
Esta mezquita mantiene una amistosa rivalidad con la Qarawiyyin de Fez por el título de la universidad más antigua del mundo.
En la actualidad, la Universidad de al-Azhar es líder mundial en el aprendizaje islámico y una de las mayores universidades de Egipto, con campus repartidos por todo el país.
La mezquita conserva gran parte de su encanto fatimí original, pero ha sufrido ampliaciones y adiciones a lo largo de los siglos, sobre todo por parte de los sultanes mamelucos Qaitbay y al-Ghuri, y de Abd al-Rahman Katkhuda en el siglo XVIII.
Otras mezquitas notables de la época fatimí son la gran mezquita de al-Hakim, la mezquita de al-Aqmar, la mezquita de Juyushi, la mezquita de Lulua y la mezquita de Salih Tala’i.
Sin embargo, el patrimonio arquitectónico más destacado de El Cairo medieval procede del periodo mameluco (1250-1517 d.C.).
Los sultanes y las élites mamelucas eran grandes mecenas de la vida religiosa y erudita, y a menudo construían grandes complejos religiosos o funerarios.
Estos complejos podían incluir una mezquita, una madrasa, una khanqah (lugar para los sufíes), centros de distribución de agua (sabils) y mausoleos para ellos y sus familias.
Algunos monumentos mamelucos destacados en El Cairo son la inmensa mezquita-madrasa del sultán Hasan, la mezquita del emir al-Maridani y la mezquita del sultán al-Mu’ayyad, con sus minaretes gemelos construidos sobre la puerta de Bab Zuwayla.
Definitivamente, no querrás perderte el complejo del sultán al-Ghuri, el complejo funerario del sultán Qaytbay en el Cementerio del Norte y el trío de monumentos de la zona de Bayn al-Qasrayn: el complejo del sultán al-Mansur Qalawun, la madrasa de al-Nasir Muhammad y la madrasa del sultán Barquq.
Es fascinante ver cómo algunas mezquitas incluyen spolia (materiales de construcción reutilizados) de edificios romanos, bizantinos o coptos anteriores.
Explorar estas mezquitas históricas es como dar un paseo por el tiempo, ya que cada estructura cuenta su propia historia.
¿Qué más se puede pedir para una aventura épica a través de la rica historia de Egipto?
Santuarios y Mausoleos: Un viaje por El Cairo islámico
Cuando entras en El Cairo islámico, no estás simplemente paseando por una ciudad; estás sumergiéndote en siglos de historia y espiritualidad.
Este lugar está repleto de santuarios sagrados y mausoleos que son realmente geniales.
En primer lugar, hablemos de la Mezquita de al-Hussein.
Se cree que alberga la cabeza de Husayn ibn Ali, lo que la convierte en un lugar superimportante para muchos peregrinos.
Piensa en la historia que encierran esos muros.
A continuación está el Mausoleo del Imam al-Shafi’i.
Este erudito no era un tipo corriente; fundó la madhhab Shafi’i, una de las principales escuelas de pensamiento de la jurisprudencia islámica suní.
Bastante épico, ¿verdad?
¡Pero aún hay más por descubrir!
La Tumba de Sayyida Ruqayya y la Mezquita de Sayyida Nafisa también están escondidas aquí, cada una con su propia historia e importancia espiritual.
Muchos de estos santuarios están ocultos en las vastas zonas de cementerios conocidas como la Ciudad de los Muertos, o al-Qarafa en árabe.
Estos cementerios existen desde la fundación de Fustat, la primera capital del Egipto islámico.
Imagínate deambulando por estos antiguos cementerios, donde se construyeron los mausoleos más grandiosos y famosos durante la época mameluca.
Es como adentrarse en otro mundo, donde cada piedra susurra historias del pasado.
Así que, si te apetece una aventura que mezcle historia profunda con exploración espiritual, los santuarios y mausoleos del Cairo islámico te están llamando.
¿Qué más puedes pedir?
Murallas y Puertas: La historia de las antiguas fortificaciones de El Cairo
Murallas
Imagínate esto: Corre el año 969 d.C. y El Cairo está empezando a tomar forma.
Bajo el mando del general del califato fatimí, Gawhar al-Siqilli, se construyeron las murallas originales de la ciudad con ladrillos de barro, que marcaban los límites de esta incipiente ciudad-palacio.
A finales del siglo XI, el visir fatimí Badr al-Gamali mejoró considerablemente las murallas.
Las reconstruyó con piedra, ampliando los límites de la ciudad.
Genial, ¿verdad?
Badr al-Gamali, de origen armenio, aportó algunos elementos de diseño únicos a la arquitectura militar islámica de Egipto.
Las murallas tenían tres niveles: el nivel inferior estaba elevado sobre la calle y albergaba vestíbulos de entrada accesibles mediante rampas.
El segundo nivel tenía vestíbulos que conectaban distintas galerías y salas, mientras que el tercer nivel era una terraza protegida por parapetos.
Cerca de las puertas se construyeron miradores para el califa y su corte.
Recientes descubrimientos arqueológicos revelan que, aunque las puertas eran de piedra, algunas partes de la muralla oriental seguían siendo de adobe.
Desde 1999, la sección norte conservada de estas murallas se ha limpiado de escombros y ahora forma parte de un proyecto de regeneración urbana.
Salta al siglo XII y encontrarás a Salah ad-Din (fundador de la dinastía ayubí) restaurando y ampliando estas murallas.
Reconstruyó partes de las murallas fatimíes, incluida la muralla oriental, y en 1176 se embarcó en un ambicioso proyecto para fortificar aún más la ciudad.
Esto incluyó la construcción de la emblemática Ciudadela de El Cairo y de una muralla de 20 kilómetros para proteger tanto El Cairo como Fustat, la anterior capital de Egipto.
Aunque no se completaron todas las murallas previstas, se construyeron secciones importantes, incluidas partes al norte de la Ciudadela y cerca de Fustat.
En 1185-86, las obras alrededor de Fustat ya estaban en marcha y, en 1192, se excavaban trincheras para las fortificaciones orientales.
Tras la muerte de Salah ad-Din, sus sucesores continuaron las obras.
En 1200 se ordenó la construcción de más murallas y en 1218 se habían completado varias secciones.
Incluso en 1238, la construcción seguía en marcha.
Así que, la próxima vez que pasees por El Cairo, recuerda la épica historia que se esconde tras esas antiguas murallas y puertas.
No son sólo piedras y ladrillos; son capítulos de la increíble historia de la ciudad.
Las puertas de El Cairo fatimí: Un viaje a través de la Historia
Muy bien, ¡vamos a adentrarnos en el fascinante mundo de las puertas del El Cairo fatimí!
Imagínate esto: antaño, las murallas de esta ciudad histórica estaban bordeadas de numerosas puertas, pero hoy sólo quedan tres: Bab al-Nasr, Bab al-Futuh y Bab Zuwayla.
(“Bab” significa “puerta”, por cierto).
De 2001 a 2003, estas puertas recibieron una renovación muy necesaria, junto con partes de la muralla norte entre Bab al-Nasr y Bab al-Futuh.
Antiguamente, estas murallas estaban bordeadas de exuberantes jardines que añadían un toque de verdor al paisaje urbano.
La Bab al-Nasr y la Bab al-Futuh están muy cerca la una de la otra, apenas separadas por unos 200 metros.
Bab al-Nasr – “La Puerta de la Victoria”.
Bab al-Nasr, que se traduce como “la Puerta de la Victoria”, se llamaba originalmente Bab al-Izz, o “la Puerta de la Gloria”, cuando fue construida por Gawhar al-Siqilli.
Badr al-Gamali la reconstruyó más tarde, entre 1087 y 1092, desplazándola unos 200 metros de su emplazamiento original y cambiándole el nombre.
Esta puerta está flanqueada por dos torres cuadradas con insignias de escudos talladas en la piedra.
En el interior, encontrarás innovadores techos abovedados de piedra, con las primeras bóvedas helicoidales en este contexto arquitectónico.
La fachada ostenta un friso con inscripciones cúficas en mármol blanco, entre ellas una inscripción fundacional y la versión chií de la Shahada, que reflejan las creencias religiosas del califato fatimí.
Bab al-Futuh – “La Puerta de la Conquista”
Originalmente llamada Bab al-Iqbal, o “Puerta de la Prosperidad”, esta puerta también fue rebautizada Bab al-Futuh por Badr al-Gamali.
Está flanqueada por torres redondas y, aunque no tiene inscripciones en la propia puerta, hay una cerca, en el minarete norte de la mezquita de al-Hakim.
En su interior, a través de la puerta del flanco oriental, se encuentra la tumba de una figura no identificada, y a través de la puerta del flanco occidental, una larga cámara abovedada.
Bab Zuwayla – Una joya del Sur
Bab Zuwayla se encuentra en la sección sur de la muralla.
Reconstruida por Badr al-Gamali más al sur de su posición original, esta puerta está junto a la mezquita del Shaykh al-Mu’ayyad, que tiene dos minaretes encaramados en lo alto de sus torres.
Al igual que sus homólogas del norte, Bab Zuwayla estaba rodeada de jardines, entre ellos los de Qanṭara al-Jarq.
En 1998 se descubrió y estudió otra puerta de las murallas orientales de la ciudad, que formaba parte de la reconstrucción ayyubí.
Esta puerta, con su complejo trazado defensivo, incluida una entrada en recodo y un puente sobre un foso, se identificó inicialmente como Bab al-Barqiyya.
Sin embargo, es posible que en realidad se conociera como Bab al-Yadid (“Puerta Nueva”), una de las tres puertas orientales mencionadas por el historiador al-Maqrizi.
La puerta descubierta en la década de 1950, que data de la época de Badr al-Gamali, también se llamaba Bab al-Tawfiq (“Puerta del Éxito”), según una inscripción.
Curiosamente, los arqueólogos encontraron piedras antiguas con inscripciones faraónicas reutilizadas en su construcción.
Estas puertas no sólo sirven como hitos históricos, sino también como puertas de acceso a la rica y compleja historia de El Cairo.
Son ejemplos perfectos de cómo la arquitectura puede contar la historia del pasado de una ciudad, sus gobernantes y sus cambios culturales.
Así que la próxima vez que estés en El Cairo, no dejes de visitarlas: ¡son como entrar en una máquina del tiempo!
Explorando la Épica Ciudadela de El Cairo
Imagínate esto: estamos en 1176 y Salah ad-Din, conocido como Saladino, pone en marcha un proyecto épico para construir una extensa ciudadela que se convertiría en el corazón del poder egipcio.
Enclavada en lo alto de las colinas de Muqattam, esta fortaleza ofrece unas vistas espectaculares.
Imagínate allí de pie, contemplando el amplio panorama de El Cairo que se extiende a tus pies.
Aunque Saladino inició la construcción, fueron sus sucesores quienes completaron esta increíble Ciudadela.
Durante siglos, sirvió como residencia oficial de los gobernantes de Egipto, hasta finales del siglo XIX.
¿Te imaginas la grandeza y el bullicio de siglos de liderazgo entre estos antiguos muros?
Un punto destacado de la Ciudadela es la Mezquita de Muhammad Ali, construida en el siglo XIX por Muhammad Ali Pachá.
Esta impresionante mezquita, con sus grandes cúpulas y altísimos minaretes, sigue en pie en el horizonte de El Cairo.
Es una visita obligada cuando visites la ciudad, ya que no sólo ofrece una inmersión profunda en la historia, sino también una vista inmejorable de El Cairo.
En serio, ¿qué más se puede pedir?
Mercados y edificios comerciales
¡Hola!
Hagamos un pequeño viaje al corazón de El Cairo, donde la historia y la cultura de la ciudad cobran vida.
Imagínate las bulliciosas calles, llenas de la energía del comercio.
Hace mucho tiempo, los mamelucos y los otomanos sabían muy bien cómo mantener la economía en ebullición: construyeron unos lugares geniales llamados wikalas (o caravasares o khans) para los mercaderes y sus mercancías.
Una de las joyas mejor conservadas es la Wikala al-Ghuri.
Hoy no es sólo un tesoro histórico, sino también un animado lugar donde el Grupo de Danza del Patrimonio Egipcio Al-Tannoura ofrece actuaciones con regularidad.
¿No es genial?
Y no puedes perderte el legendario Khan al-Khalili. No es un mercado cualquiera: es toda una experiencia.
Un laberinto de tiendas y puestos que te atrapa.
Incluso han integrado caravasares en este vibrante mercado, lo que lo convierte en una visita obligada.
Ahora, demos un paseo hasta la Qasaba del siglo XVII de la bahía de Radwan, que forma parte de la encantadora zona de al-Jayamiyya.
“Al-Khayamiyya” debe su nombre a los magníficos tejidos decorativos (khayamiyya) que aún hoy puedes encontrar.
Es una mezcla perfecta de historia y cultura viva, que ofrece una colorida ojeada al rico pasado y presente comercial de El Cairo.
En serio, ¿qué más se puede pedir a un viaje de compras?
Sumérgete en la rica historia de El Cairo con estos increíbles recursos
- Mapas históricos de El Cairo de la UNESCO – Consúltalos en el sitio web del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO (Recuperado el 19 de febrero de 2023).
- Monumentos Islámicos de El Cairo: La Guía Práctica de Caroline Williams – Una guía imprescindible de la American University in Cairo Press (7ª ed., 2018).
- El Cairo Islámico en El Cairo, Egipto – Encuentra todos los lugares interesantes en Lonely Planet (Recuperado el 18 de noviembre de 2019).
- Texto de la Decisión de la UNESCO – Sumérgete en los detalles del Centro del Patrimonio Mundial (Recuperado el 21 de julio de 2017).
- Le Caire de André Raymond – Una mirada exhaustiva a la historia de El Cairo (1993, Fayard).
- Las Grandes Conquistas Árabes por Hugh Kennedy – Descubre cómo la expansión del Islam dio forma a nuestro mundo (2007, Weidenfeld & Nicolson).
- Ibn Tulun: Su ciudad perdida y su gran mezquita, de Tarek Swelim – Descubre los secretos de Ibn Tulun (2015, American University in Cairo Press).
- El Imperio Fatimí por Michael Brett – Infórmate sobre la dinastía fatimí (2017, Edinburgh University Press).
- El Cairo, un milenio por Irene Beeson – Una lectura intrigante de Saudi Aramco World (Sept-Oct 1969).
¡Y hay mucho más!
Desde guías detalladas sobre los mamelucos y la necrópolis medieval hasta la última edición de Egipto de Lonely Planet, estas fuentes están repletas de datos fascinantes y consejos prácticos para que tu aventura en El Cairo sea inolvidable.
¿Por qué no empezar echando un vistazo a las antiguas puertas de El Cairo o sumergirte en los detallados estudios arquitectónicos de las murallas históricas de la ciudad?
Tanto si quieres explorar el vibrante distrito de al-Darb al-Ahmar como conocer la arquitectura real de la Ciudadela, estos recursos te tienen cubierto.
¿A qué esperas?
Coge una guía, traza tu viaje y prepárate para descubrir la épica historia de El Cairo.
Desvelando El Cairo Islámico
El Cairo islámico es como entrar en un museo viviente, rebosante de historia, cultura y arquitectura asombrosa.
Imagínate deambulando por sus animadas calles, sintiéndote transportado directamente al corazón de la época medieval.
Mires donde mires, hay mezquitas antiguas, mercados bulliciosos y lugares históricos que parecen contar sus propias historias encantadoras.
Pero El Cairo islámico no es sólo un punto en el mapa: es una aventura épica a través de los tiempos.
¿A qué esperas?
Sumérgete en el rico tapiz de este país de las maravillas históricas y deja que la magia de El Cairo te deslumbre.
Faris is the passionate founder of Travel2Egypt, deeply connected to Aswan’s essence. He aims to share the true heart of Egypt through its rich history, vibrant culture, and the warmth of its people. Join Faris to experience the magic of Aswan beyond the usual tourist paths.