La pirámide doblada
La Enigmática Belleza de la Pirámide Doblada: La ambición arquitectónica de Snefru
En los anales de la construcción de pirámides del antiguo Egipto, se desarrolla un capítulo de innovación y gran ambición, centrado en la enigmática figura del faraón Snefru, luminaria de la Cuarta Dinastía.
Este monarca visionario, cuyo hijo Khufu grabaría más tarde su nombre en la historia con la Gran Pirámide de Guiza, se embarcó en un extraordinario viaje de construcción de pirámides que culminó con la creación de una maravilla arquitectónica, la célebre Pirámide Doblada.
La fascinación de Snefru por la construcción de pirámides se encendió cuando se propuso erigir un monumento en Meidum para honrar la memoria de su amado padre, el faraón Huni.
Los registros históricos indican que la construcción en Meidum se detuvo finalmente, y el faraón redirigió su mano de obra a las áridas extensiones de Dahshur.
Aquí, en el corazón del desierto, Snefru dio una orden firme: la construcción de una nueva pirámide, tributo a su reinado y testamento de su visión.
Esta pirámide llevaba el nombre de “Snefru Brilla en el Sur”, aunque la historia le ha otorgado el apelativo de “Pirámide Doblada”, debido a su forma distintiva e inusual.
Enclavada en la meseta desértica, a sólo 3 kilómetros al oeste de Dahshur, la Pirámide Doblada atrae a exploradores y viajeros por igual con su enigmático encanto.
Snefru albergaba grandes aspiraciones para su segunda pirámide, y se propuso crear la pirámide egipcia más grandiosa jamás concebida.
Las dimensiones iniciales eran asombrosas: una base colosal de unos 189 metros de longitud y una imponente altura de 105 metros.
Sin embargo, a medida que la pirámide iba tomando forma, los arquitectos se enfrentaron a retos imprevistos.
Las empinadas laderas que habían diseñado resultaron demasiado desalentadoras, lo que les obligó a modificar la inclinación de la pirámide a mitad de camino.
Esto, a su vez, llevó a reducir la altura y el volumen de las piedras empleadas en las secciones superiores.
En esencia, los arquitectos participaron en un experimento innovador, aprendiendo y adaptándose a medida que elaboraban esta estructura monumental.
A lo largo de los siglos, eruditos y egiptólogos han teorizado sobre las razones de estas alteraciones.
Una hipótesis postula que los cimientos bajo la pirámide eran inestables, lo que hizo necesaria una reducción del peso sobre la estructura para evitar un posible derrumbe de la cámara interna.
Alternativamente, se sugiere que motivaciones políticas o religiosas pueden haber impulsado el singular ajuste angular, dando lugar a la distintiva forma doblada que contemplamos hoy.
Lo que distingue a la Pirámide Doblada, aparte de su forma única, son sus dos entradas, que ofrecen un intrigante rompecabezas a quienes tratan de comprender sus misterios.
La entrada norte, situada a 12 metros sobre el nivel del suelo, y la entrada oeste, unos asombrosos 30 metros más alta que la base de la pirámide, han suscitado innumerables debates.
Algunos especulan con la posibilidad de que parte de la pirámide se derrumbara, lo que llevó a los arquitectos a sellar una de las entradas como medida de seguridad.
Junto al lado sur de la Pirámide Doblada hay una pirámide de culto más pequeña, encerrada entre colosales muros de piedra caliza dorada.
Dentro de los confines de esta pirámide satélite se alza una diminuta capilla de culto, adornada con dos estelas, cada una de ellas inscrita con los títulos y nombres de estimados faraones egipcios.
Una calzada de piedra caliza se extiende desde la esquina noreste del recinto hasta el templo rectangular del valle, una maravilla arquitectónica que curiosamente se situó fuera del valle del Nilo.
La presencia de viviendas para los sacerdotes mortuorios, situadas entre un enorme muro de adobe y el templo del valle, atestigua el perdurable legado del culto mortuorio, subrayando la noción de que la influencia de Snefru trascendió su época, haciéndose eco a través de los anales del Reino Medio.
La Pirámide Doblada, con su forma enigmática y su rica historia, es un testimonio de la audacia de la ambición arquitectónica de Snefru, una prueba rotunda del ingenio y la adaptabilidad de los constructores del antiguo Egipto, y un enigma perdurable que aguarda a quienes se aventuren a explorar sus secretos.
Creado el 18 de marzo de 2020
Actualizado en Ago , 2024